Hay dos yos en mí; el gris: sombrío, frío, distante; el rojo: alegre, vibrante, cariñoso.
Cuál soy yo? Soy los dos? Ninguno?
Me enfoco en el rojo, pero veo el gris al lado; y si elimino el gris, el rojo no brilla.
Me enfoco en el medio, en el vacío entre los dos.
Ahí me encuentro; un ser en harmonía, no hay color, no hay emoción, sólo la paz del verdadero ser.
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